Nathan Crites-Herren
The Paw Print
Aunque crecieron como estadounidenses, estos jóvenes estudiantes no pueden manejar un auto, abrir una cuenta bancaria, viajar, obtener becas universitarias o trabajar legalmente, porque fueron traídos ilegalmente al país por sus familias cuando eran pequeños.
En su mayoría oriundos de Latinoamérica, algunos no hablan fluidamente el español y cuando son deportados, se encuentran en un país y una cultura desconocidos.
Los “dreamers” han sido “los más efectivos” activistas a favor de la reforma migratoria, señaló el politólogo Gary Segura, director de la firma encuestadora Latino Decisions.
“Han presentado un caso muy favorable, son muy persistentes, y han estado dispuestos a desafiar el sistema”, dijo Segura.
Durante un acto con latinos en 2011, emplazaron directamente al presidente Barack Obama a detener las deportaciones y cambiar el sistema migratorio. Un año después, el gobierno decretó el programa llamado “Acción Diferida”, que otorga un permiso temporal a los “dreamers” para vivir en el país. soñadores) son jóvenes que vinieron
Los “dreamers” vinieron al Estados Unidos cuando eran niños y que viven en el país ilegalmente. Según estimaciones de organizaciones pro inmigrantes, 1.7 millones de jóvenes podrían beneficiarse del proyecto de ley conocido como DREAM Act, que les permitiría ir a la universidad pagando matrículas como las de los estudiantes locales y les abriría un camino a la ciudadanía.
Según cifras oficiales, más de 365 mil jóvenes se han acogido a esa prerrogativa, y los “dreamers”, “más que nadie pueden recibir el crédito” por esa decisión del gobierno, dijo Segura.Ahora, con el objetivo más ambicioso de una reforma que abra la vía a la ciudadanía de los 11 millones de inmigrantes ilegales, las acciones se han vuelto más agresivas y arriesgadas.
En respuesta a un congresista que los acusó de tener “pantorrillas del tamaño de melones” por traficar drogas por el desierto, entregaron cientos de melones en el Congreso.
En desafío abierto a las leyes migratorias, 30 de ellos intentaron entrar a Estados Unidos desde México, donde fueron detenidos y luego liberados bajo palabra, esperando un posible asilo. Este acción, en muchos sentidos es el colmo del movimiento y significa una determinación fuerte.
La Cruzada
Un grupo de 30 estudiantes indocumentados, conocidos como “dreamers”, fue detenido hace una semana cuando intentaba cruzar la frontera de México a Estados Unidos bajo la consigna “sin papeles y sin miedo”, en la segunda protesta de ese tipo.
“No sabemos si serán liberados o deportados”, dijo un mensaje de la El grupo de jóvenes (dreamers) criados en estadounidense pero sometidos a la clandestinidad y autodenominado. Vestidos con toga y birretes, propias de las graduaciones en los liceos estadounidenses, los 30 dreamers marchaban por el puente peatonal sobre el Rio Bravo que divide Nuevo Laredo (norte de México) y Laredo (Texas, centro-sur de EE. UU.) reclamando en inglés: “Déjennos volver a casa.”
Acompañados de otros activistas que lanzan consignas con megáfonos, los detenidos fueron llevados a la estación de policía.
La protesta es la segunda de este tipo luego de que en julio un grupo de nueve estudiantes efectuara una acción similar en Arizona.
En aquella ocasión la mayoría de los estudiantes se autodeportaron para entrar por la fuerza a Estados Unidos y llamar la atención sobre la situación incierta en la que viven por no gozar de una reforma migratoria que les permita vivir legalmente en el país en el que se educaron.
Tras la detención, los jóvenes manifestantes pidieron asilo por razones humanitarias alegando que sus vidas corren peligro al encontrarse en un país que no conocen, y que están a la suerte de la delincuencia común.
What’s Been Said…